Cantabria es un paraíso para las vacaciones en familia en donde disfrutar con los más pequeños de unos días de ocio. A lo largo de todo el año se pueden hacer muchos planes, en los que mayores y pequeños participan y disfrutan de aventuras en contacto con la naturaleza.
Cantabria
Desde el magnífico Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde pueden observar animales de los cinco continentes en semi-libertad, al avistamiento de aves que llegan a la costa de Cantabria es su paso migratorio hacia África, a explorar nuevos territorios bajo tierra en El Soplao. Esto unido a una extensa y cuidada infraestructura de establecimientos hoteleros y de turismo rural, una gastronomía excepcional y un paisaje de bosques y mar único, hace que una escapada a Cantabria se convierta en un regalo para toda la familia.
CABÁRCENO, FAUNA DE LOS CINCO CONTINENTES.
El Parque Natural de Cabárceno es, sin duda, el mayor atractivo para los pequeños y también para mayores, con más de 750 hectáreas de paisaje casi lunar, acoge en semilibertad a más de un centenar de especies de la tierra. Un sorprendente mundo de naturaleza y fantasía a tan sólo 15 kilómetros de Santander.
Parque de Cabárceno
En su paisaje espectacular se han habilitado los espacios más idóneos para que cada especie se encuentre a sus anchas y viva del modo más aproximado a su hábitat. Unas instalaciones en las que conviven animales autóctonos como osos, lobos, ciervos, jabalíes, con animales de granja, reptiles y los grandes mamíferos del mundo como elefantes, rinocerontes, jirafas, gorilas, leones, hipopótamos… Este parque acoge a más de un centenar de especies de los cinco continentes que constituyen una gran familia de más de 1.200 animales, que se distribuyen en recintos de grandes dimensiones donde coexisten una o varias especies. En él sus habitantes desarrollan su vida en el ambiente más natural posible para ellos. Salvo la alimentación, que se les facilita, el resto de sus actividades están marcadas por la casi total libertad e instinto.
El Parque de la Naturaleza de Cabárceno se distribuye en el entorno natural de unas antiguas minas. Su distribución se estructura a lo largo de 20 kilómetros de caminos y carreteras que el visitante puede recorrer a pie, en bicicleta o en su propio automóvil. El recorrido descubre maravillosos desfiladeros, apacibles lagos y sugerentes figuras rocosas que permiten vislumbrar la belleza de este paisaje kárstico en el que, además de disfrutar de un gran paseo viendo a los animales, se conoce en todo su esplendor la naturaleza de Cantabria. De hecho, en el Parque se pueden realizar rutas botánicas como la de los tejos, alcornoques y nogales que se encuentra en el entorno de los tigres; la de los abedules, tilos y hayas, en el de las hienas y los lobos; y la ruta de los castaños y pinos, cercana al hábitat de los leones y los bisontes.
MARISMAS DE SANTOÑA. VICTORIA Y JOYEL Y EL ECOPARQUE TRASMIERA.
En la franja litoral de Cantabria descubrimos entornos únicos en los que la fauna y la flora se convierten en protagonistas indiscutibles. Así, por ejemplo, son las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, un espectáculo de belleza y uno de los paisajes marinos más impresionantes del litoral cantábrico. Se trata de un refugio importantísimo de anátidas, paraíso de los ornitólogos y amantes de la naturaleza, que durante los meses de otoño e invierno alcanza su máxima población.
El territorio de las marismas abarca los municipios de Santoña, Cicero, Escalante, Argoños, Noja, Soano y en los bordes más apartados; Laredo Colindres y Voto. Domina la entrada de las marismas el Buciero, una isla costera unida a tierra por un tómbolo arenoso, formando de esta manera una península. Este ismo determina, por la parte del mar, el largo arenal de la playa de Berria, exactamente dos kilómetros hasta la punta de El Brusco. Por el interior, se encuentra un laberinto de marismas, que componen el Parque Natural, siendo uno de los principales espacios naturales de la cornisa cantábrica. Ocupa 4.500 hectáreas de terreno y alberga un destacado ecosistema con abundante fauna y flora.
En este entorno único se encuentra, además, el Ecoparque de Trasmiera, un territorio de 25 kilómetros cuadrados convertido en un museo a cielo abierto de las marismas, la naturaleza y el patrimonio. Dentro del Ecoparque se ubican los centros de interpretación de cada una de las temáticas que se integran en este museo: La Casa de las Mareas, dedicada a la observación de las Marismas; el Molino de Santa Olaja, un antiguo molino de Mareas que se ha convertido en observatorio de mareas; el Centro de Tradiciones Salvador Hedilla, destinado a observatorio de la memoria, y el observatorio del Arte de Trasmiera en la Iglesia de la Asunción.
EL SOPLAO PARA AVENTUREROS.
Y de la costa hacia el interior, en Cantabria hay que mirar más allá de sus paisajes para descubrir su patrimonio subterráneo que atesora más de 6.000 cuevas, unas de interés arqueológico e histórico y muchas de gran valor geológico y espeleológico. Entre ellas, cabe destacar El Soplao, ya que es otro de los atractivos de Cantabria que entusiasma a los más pequeños e ideal para disfrutar en familia. La visita a la cueva turística es apta para todas las edades, pero para los más intrépidos, a partir de los 12 años, pueden realizar el recorrido «turismo-aventura», un trayecto de casi 3 kilómetros que se realiza con un equipo básico de espeleología. El recorrido se adentra en galerías prácticamente vírgenes en las que se pueden disfrutar de formaciones geológicas maravillosas.
La cueva, situada en un entorno natural de gran belleza, entre los municipios de Valdáliga, Herrerías y Rionansa, es conocida desde finales del siglo XIX debido a la explotación de las minas de la Florida, pero en su interior guarda también un auténtico «paraíso» natural conformado por impresionantes formaciones.
El Soplao es una cueva única e irrepetible, una referencia para la espeleología mundial, de la misma manera que Altamira lo es para el arte prehistórico. Su interior constituye una maravilla geológica y espeleológica a nivel internacional, con grandes superficies tapizadas de aragonitos, falsos techos, gours, estalactitas y estalagmitas excéntricas que provocan todo un juego de luces y sombras, sensaciones, colores y olores.
Santander
Fotos vía: independentrip; jorgetour; viajarcontuhijo