Retiro de artistas (II): Valldemossa

En nuestro serial de “Retiros para artistas”, no podíamos dejar atrás la mallorquina villa de Valldemossa. Remanso de paz rodeado de montañas y naturaleza que ha servido de inspiración y retiro espiritual a grandes músicos, pintores y escritores. Una de las escritoras que lo eligió como lugar de retiro fue George Sand, quién la visito entre 1838-1939 junto al músico polaco Federic Chopin. De esta estancia la escritora francesa sacó su libro “ Un invierno en Mallorca” poniendo en el escenario europeo por primera vez a la isla balear mucho antes del turismo masivo.  Mucho han cambiado las cosas en este lugar desde que Chopin y Sand la recorrían juntos, pero en los pianos de La Cartuja aun se puede sentir el sonido proveniente de las prodigiosas manos del compositor polaco; y aun encontramos aquellas casas de piedra, las calles empinadas y empedradas que fielmente relataba la escritora francesa en su novela. Pero no solo Choplin y Sand visitaron Valldemosa, también sirvió de lugar de retiro para el político Jovellanos, los escritores Rubén Darío, Azorín, Jorge Luis Borges o el pintor modernista Santiago Rusiñol.

El paso de los años no ha hecho mucha mella en el lugar debido en gran parte a el gusto por el detalle y la estética de muchos de sus habitantes. Es muy recomendable dejarse llevar por las calles de Valldemossa contemplando las fachadas de las casas, sus ornamentaciones con esos siempre tan presentes maceteros decorativos expuestos junto a los portales. Como muchos otros pueblos mediterráneos, su iglesia de estilo mallorquín se convierte en el eje central del lugar dando forma a la trama de la ciudad derivando en numerosas calles llenas de historia que nos acercaran hasta el Claustro, los jardines, el palacio del Rey Sancho y otros lugares llenos de interes y magia.

La recomendación para saborear Valldemosa como se merece, es pasear tranquilamente, no tener prisa, huir del turismo masivo, saborear cada rincón lleno de encanto e historia y disfrutar de una “coca de patata” en una de  sus terrazas viendo como el atardecer se pierde por la espectacular Sierra de Tramuntana.

Fotografía via: NoTodoHoteles, MallorcaIncoming y UnMundoDeLuz 

Hoteles libres de niños

Al igual que en el anterior post hablamos de «hoteles para niños» también tenemos hoteles libres de niños. La especialización ha llegado a los hoteles, si desea unos días de paz sin niños, también hay para elegir.

Los hoteles solo para adultos están ganando terreno en un mercado cada vez más segmentado. Sin camas supletorias ni cunas. Y sin gritos, llantos ni juegos. Como hay una laguna legal en torno a prohibir el paso a menores, se cuelga el cartel: «Recomendado para mayores de 16 años» o similares. Un mensaje en positivo.

Se han pasado a esta especialidad: El Hotel Levante Club de Benidorm, un «cuatro estrellas» en el Rincón de Loix, a 900 metros de la playa de Levante, que vende ocio y descanso como productos estrellas; fin de semana para dos, desde 168€. El Hotel Sol Ibiza de Santa Eulalia, con vistas al mar, piscina cubierta y un e-point, desde 99€ la noche; y el Sol Menorca, frente a la playa de Santo Tomás, que tiene además la certificación Biosphere Hotel por su excelencia en la gestión medioambiental. ¿Su precio? A partir de 67,60€la noche.

Hotel libre de niños

En Salou, el Magnolia Hotel, a solo 50 metros del paseo marítimo, pone a tu disposición su poolbar & Restaurant, restaurante al aire libre con zona chill out y wellness. A partir de 60€. En Andalucía, Canarias y Mallorca podrás encontrar los hoteles de la cadena Iberostar, con su atmósfera especial, y propuestas de relajación, ocio y enlología. Busca sus experiencias más exclusivas: packs que puedan ser clásicos, golosos, saludables o para disfrutar con los cinco sentidos. Para empezar el día, pásate por su room bruch. Un ejemplo: el Costa Canarias, desde 105€.